Antiguamente el portero casi nunca nacía, se le hacía. Siempre estaba en la portería el gordito o el que no era más bien bueno jugando al futbol. Si eras de esta guisa, o eras el dueño del balón o no jugabas.
Hoy en cambio las cosas han cambiado, el que quiere ser portero lo tiene muy claro, ya desde muy pequeño pide ropa y guantes para jugar.
El puesto del guardameta es el que más ha evolucionado en las ultimas décadas.
Siempre que hay grandes porteros mediáticos los chicos tratan de parecerse a ellos y tienden a la imitación, este es el rebrote en el que hay más cancerberos en los colegios y clubes. Hoy podemos hablar de Casillas, Reina, Víctor Valdés, Palop.
Cuando alguien quiere ser portero siempre viene predispuesto a ello, además tiene que tener unas cualidades mínimas de físico, coordinación y agilidad, además de un puntito de valentía que nunca estará de más. Pero no de locura, que es lo que se le atribuye generalmente al guardameta.
En los entrenamientos se aprende todo lo necesario, colocación, caídas, saques con el pie, con la mano, golpeos de balón, anticipación, blocajes, despejes; todo lo necesario.
En fin si tenéis a alguien que quiere ser portero, animadle. Pero también debéis hacerle ver que la única manera de mejorar es con trabajo y mucho, mucho entrenamiento.
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