Colegio, otoño, fin de vacaciones… ¡Cuántos cambios! Te damos unos consejos nutricionales para que la vuelta al cole sea lo más saludable posible. Somos lo que comemos. Cierto. Y por eso no viene de más recordar una serie de pautas muy importantes para restaurar la vuelta a la normalidad, nutricionalmente hablando, después del siempre cambiante menú vacacional.
El desayuno
El desayuno es una de las comidas más importantes y debería cubrir un tercio de las necesidades nutritivas del escolar de una forma equilibrada sin que falten las frutas, los lácteos y los cereales.
No hacer un desayuno adecuado puede provocar una disminución de la atención y del rendimiento en las primeras horas de clase.
El almuerzo
Tiene que asegurar el adecuado aporte de nutrientes.
El primer plato debe estar compuesto por pasta o arroz, legumbres con verduras o verduras o legumbres con patatas; el segundo, carne, pescado o huevos con ensalada o verdura. El postre debe estar basado en fruta, intercalando productos lácteos.
La merienda
La merienda se debe aprovechar para incluir fruta y, en ocasiones, lácteos. Evitar siempre que se pueda la bollería industrial.
Más sed, más cansancio
Con una pérdida del solamente el 1% de agua corporal sentimos sed. Cuando este porcentaje aumenta al 2% se percibe una falta de rendimiento y resistencia. Pérdidas del 5-10% producen calambres musculares y desequilibran funciones de órganos.
La falta de líquido a un niño le afecta con forma de apatía, menos capacidad de concentración y en sus actividades lúdicas y deportivas. Los niños deben tomar entre 6-8 vasos de agua al día. Los zumos naturales y los caldos también le hidratan.
Limitar las “chuches”
Azúcar, colorantes, aditivos y potenciadores del sabor…de todo eso se componen las famosa chuches. Es un buen momento para intentar evitar su uso indiscriminado. Podemos empezar no dándolas como premio y limitando su consumo a alguna ocasionalmente.
Recuperar la dieta mediterránea
Pilar de la alimentación familiar y basada en las costumbres milenarias de la cuenca mediterránea, cuenta con el aceite de oliva como principio fundamental. Frutas, verduras, legumbres, frutos secos y el pan y los alimentos procedentes de cereales la completan, así como los lácteos y el pescado sobre todo azul.
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